miércoles, septiembre 23, 2009




Yo no soy tu Princesa de Cuento


Prefiero ser el leñador o la hermanastra, cualquier papel me da igual mientras no tenga que usar corsé, vestido largo y una peinado ridículo coronado con una tiara incómoda y pesada.

Y es que voy a confesarte una cosa, esos falsettos de las princesas nunca me han salido bien. En el Coro del Colegio México siempre quise ser primera voz, pero el Profe me mandó a tercera. Voz de barítono. Nunca podría convocar a los animalitos del bosque sin arruinar para siempre sus oídos.

Además está la cuestión de los sapos. ¿Por qué tenemos que besar sapos? ¿Por qué no podemos quedarnos con ellos y gozar de sus patas verdes y su voz de Tom Waits?

Yo prefiero un sapo que un príncipe. Los sapos cantan mejor y tienen más sentido del humor, no son tan quisquillosos a la hora de la cena y caben en mi bolsillo.

En cambio los príncipes tienen la cabeza hueca, usan mallones y pantaloncillos cortos y sólo piensan en sí mismos; tienen 1800 admiradoras esperando a ocupar el lugar de la princesa en turno y se pasan el día entero admirando su imagen en los espejos del palacio.


Y hablando del palacio... esa cárcel de terciopelo. ¿quién quiere vivir en un palacio cuando hay tanto bosque para recorrerlo a caballo, montada a pelo con el viento papaloteando entre tu cabello?

Yo no quiero un reino. Quiero Libertad. Quiero ponerme unos jeans bien apretados y salir a la calle con botas y un suéter calientito. Usar bolsas enormes y no maquillarme. Ser la antítesis de la moda. Dormir de día y vivir de noche. Seducir caballeros. Dejar que mi cabello crezca silvestre como las hierbas y aromarlo con magnolias y miel de colmena. Beber mis espressos hasta que se me salga el vapor por las orejas y hablar con mi lenguaje colorado.

Tal vez pudiera ser un hada, pero con mi genio, ni siquiera tres deseos conseguiría otorgar.

De todas formas, te decía que yo no soy tu princesa de cuento. 


Soy su escritora.


2 comentarios:

  1. Me encanta esta idea de darle vuelta a los cuentos de hadas desde una perspectiva distinta: la de mujer fuerte. Me encanta leerte. Gracias y salud.

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