viernes, julio 25, 2008




Retrato Hablado

a Víctor Hugo, por las memorias


Si pudiera dibujarte, retrataría primero el claroscuro de tu espalda. Me detendría en sus líneas, tan bien marcadas, para formar tu silueta oscura, casi felina. Con carboncillo te marcaría las cejas, inclinadas, y de bermellón colorearía tus labios, atenuándolos con un poco de rosa en las orillas. De mi pluma dejaría escapar tres gotas, colocando las primeras dos debajo de tus cejas y la tercera al lado derecho de tu cara, sobre tu labio. Me encargaría de pintarte muy bien el torso, marcando ese surco que te divide en dos hermanos. Te dibujaría desnudo, sobre mi cama, oscureciendo tu piel con pelo de camello. Me esmeraría en trazar cada una de tus líneas cuidadosamente, para que caminaras con pasos seguros por la vida. Te otorgaría unos dedos largos y fuertes, para que con ellos exploraras mis resquicios.
Con pinceladas suaves, pero firmes, trazaría el contorno de tu frente, desde su base curva hasta el nacimiento sensible del cabello. Te retrataría casi de memoria, sin olvidar tus músculos compactos y tu cabello negro, sin olvidar una sola marca de tu cuerpo, pero borraría con gusto las dos líneas que dibujan tus recuerdos.

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