sábado, agosto 29, 2009



Te has ido



Te has ido.

Los resortes de mi cama
se han quedado mudos,
hay un enorme silencio
y la música no es mía,
ya no es mía.

Te has ido.

Ese sillón, el tuyo,
se niega a perder tu forma
y me rechaza;
y ni siquiera el gato
quiere seguir conmigo.

Te has ido.

Y los sartenes,
negros y callados,
me miran con reproche;
ya no barro los pisos
para que el polvo lo cubra todo
y me revele tus huellas.

Te has ido.

He soldado los cerrojos
y tapiado las ventanas
para que tu recuerdo
no escape
como escapó tu cuerpo.

Te has ido.

Y la vida no es de nadie,
no fue tuya
no fue mía
ni fue vida.

Te has ido.

Y me pongo tus zapatos
y tu pantalón más viejo
para mirarme al espejo
con el pecho al descubierto.

Te has ido.

He dejado de bañarme
o cepillarme el cabello
para no perder la sensación
de ser recorrida por tus manos.

Te has ido.

Habrá estacas bajo mis uñas
y me abriré las venas;
guardaré sangre y lágrimas
en transparentes botellas
hasta el final de los tiempos.


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