Cae Todo
En este mundo laberíntico, en esta realidad electrónica donde nos conocemos a través de vocales y consonantes, donde nos acercamos texto a texto hasta quedar de frente en medio de dos puntos, donde nos adivinamos peces, nubes, frutas, quimeras, bosques, aviones, hasta que por fin nos miramos entre puntos suspensivos… observo ahora cómo caen una a una tus caretas. ¿Cómo querer a un amigo que no existió? Fuiste un engaño. No te tocaste el corazón para tocar el mío. Cae la primera cara, se desmorona, y veo que eres doble. Cae la segunda cara y veo que te desdoblas de nuevo para llamarte por cuatro nombres distintos.
En esta mágica realidad donde nos damos la mano con punteros electrónicos, la vida también se detroza con ellos.
Veo que contigo se derrumba todo. Caen árboles de moras; caen canastas de día de campo; caen drupas; caen conciertos de guitarra; caen angustias falsas con dedos falsamente bordados a gargantas inexistentes; caen mujeres desnudas con mirada de niña; caen lunares violáceos en el metatarso, caen rémoras; caen peces dorados; caen tropos, cae la Fe, caen los años, caen rimas azules; caen letras de Tom Waits; caen plegarias.
Y al final cuando ya no queda nada, veo una frase inscrita dos veces en el centro de este dolor que me hace ver doble en medio de esta ruina que era la la fe en los amigos que antes me rodeaban:
Nada frágil con las branquias bien dispuestas, en estanques donde tu nado lleve su nombre impreso en cada escama que se va perdiendo, quieréle suave para suavizarle suavemente con la suavidad que les abriga.
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